domingo, 30 de agosto de 2009

Careti Psicóloga - Una nueva terapia

Hace 5 años atendí a mi primer cliente un miércoles a las 10 de la mañana. La noche anterior me había quedado pensando que el parecía ser una persona tan íntegra, y con todo para ser feliz, y no podía entender como sus problemas le pesaban tanto. Me fui a dormir un poco inquieta por no saber cómo enfrentar la situación, pero a fin de cuentas, tranquila… algo se me ocurriría. Llegó el, y afuera había un sol radiante. Mi consulta queda al frente de la playa y podía ver como el mar brillaba con el sol así que me sentí feliz. No hacía tanto calor porque recién era Agosto, pero sí era un día perfecto. Partimos la sesión, y lo interrumpí apenas pude. Le dije que fuéramos afuera a la playa. Le pedí unas bolsas plásticas a mi secretaria y cruzamos la calle. 

Le dije que sacara cuantas bolsas quisiera, y representara el peso de sus problemas con la arena en las bolsas. Hice eso porque llevábamos muchas sesiones hablando de lo mismo y todo parecía afectarle… yo quería saber cuanto le pesaban esos llamados “problemas” y cuantos eran. Ese fue el día que inventé una nueva terapia, pero fue la única vez que la use. No sabía que iba a resultar pero sentí que no tenía nada que perder, y lo iba a ayudar. Siete años de terapia continua con varios sicólogos distintos poco lo habían ayudado y ya era hora de darle un vuelco a su vida. Comenzar a vivir y dejar de morir. 

Me quede observando como metía arena en las bolsas… había sacado varias… quizás unas 5, y al principio las había llenado con mucha arena y cuando ya iba llenando las últimas, las hizo más livianas. Le dije que teníamos que caminar. Me miro y yo esperé a que tomara las bolsas… lo hizo y partimos. Después de unos minutos el ya se veía cansado, y ahí nos detuvimos. Le pregunté que se sentía caminar con ese peso que el había decidido poner en las bolsas y se quedó pensando. Me dijo en broma que aparte de sacar músculos, que le gustaría tirar las bolsas al suelo. Pero claro…. “Careti que haz hecho!” Pensé. Por supuesto que iba a querer dejar las bolsas tiradas y seguir sin ningún peso encima pero en la realidad ¿podía el deshacerse de todos sus problemas? 

Esta metáfora era más complicada de lo que yo creía, pero tenía sentido. Sus problemas representados por el peso de las bolsas lo hacían más fuerte con el tiempo, pero no podía deshacerse de ellas tan fácilmente. Le dije que hiciera cualquier cosa increíblemente bella con la arena que tenía. Acarreó las bolsas a la orilla de la playa, mojó la arena, y se puso a hacer un castillo. No era sólo arena porque también había conchas de todo tipo y ramas de árbol así que había bastante “materia prima”. 

Cuando acabó nos dimos cuenta de que lo que antes había sido utilizado para representar las falencias en su vida, hoy habían servido para crear algo hermoso. El no salía de su casa, le faltaba contacto con la naturaleza. El no creaba nada nuevo, tenía que crear algo bello. El no dimensionaba el sobrepeso con el que tenía que cargar cada día, simplemente se sentía agobiado. Todo es lo mismo, lo que depende es cómo uno lo ve. En todo caso, nunca volví a hacer lo mismo con un paciente porque es increíble como cada persona necesita un mecanismo distinto para despertar. 

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