Para ser feliz en esta vida, sentirse amado, sentir que uno es parte de algo, y que uno es importante, es necesario generar vínculos afectivos con los demás. Pero no sólo con las personas de nuestro círculo de confianza, sino ser capaz de abrirse a conocer y darse a conocer a todas las personas que nos rodean. Dejar de ver a las personas como "una masa" y ver a los "ALGUIEN" como seres individuales.
Cuando uno logra esto, es capaz de ser feliz en cualquier parte. No importa el territorio, el lugar, si encerrado o libre, si lejos o cerca, la mejor forma de encontrarse a si mismo, de sentirte EN tu lugar, es generando vínculos íntimos con las personas, conocer a los que nos rodean, con mayor razón si son distintos, piensan diferente, lucen extraños, o de realidades desconocidas. Al abrirse a las personas que se nos cruzan en nuestro camino, a las que normalmente no nos abrimos, nos sentimos nuevamente en casa, encontrados, con propósito.
Esto es muy importante porque si sólo nos sentimos seguros en nuestra casa y con nuestros amigos, se limitan mucho nuestras posibilidades de conocer realmente a Dios, de sentirnos AMADOS en cualquier parte, feliz en cualquier país, sentir que nuestra familia está donde estemos, con la gente que nos rodeamos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario