lunes, 29 de agosto de 2011

DE ORUGA A MARIPOSA

No sé exactamente cuándo me volví ermitaña, ni cuando empecé a disfrutar la soledad.
Cuando deje de ir a fiestas y de ver a mis amigos, y preferí pasar las noches tocando guitarra y jugando al Tarot. Siento que esta llegando mi final,  como si estuviera en mis últimos momentos de oruga, y algún día cercano, me habré convertido en una hermosa mariposa.

Este momento en mi vida es como el silencio entre dos notas, "momentáneo como un sonido, veloz como una sombra, breve como un sueño" (Shakespeare). Mientras estoy en el, no hay más que silencio, pero se que algún día cuando mire hacia atrás voy a ser capaz de comprender la razón de ser. Me encuentro en un trance, ya dejé el camino por el que iba, pero aún no estoy en la ruta que emprenderé.

A veces miro hacia atrás y me veo a mi misma llena de energía, preocupada por descubrir lo que había afuera de mi, conocer gente, establecer lazos, generar vínculos.... una vida cargada de historias,  de altos y bajos, de cosas que contar, de amigos y enemigos, de adrenalina y drama, de amor, de desamor, de sociabilidad,.... y una parte de mi piensa que me gustaría estar ahí otra vez. Pero luego me doy cuenta que eso ya no me motiva. Busco algo trascendente, algo que me libere y me llene de inspiración, algo que me expanda. Busco esa fuerza que me haga llegar a las cumbres más altas donde pueda mirar con claridad y admirar la creación. Estoy en la espera de vivir con algo que incluso en el silencio exista, en la nada permanezca, algo que nunca me falte y siempre me nutra. Busco ser libre de cualquier placer terrenal, con esto quiero decir que puedo disfrutar de cualquier cosa que me ofrezca el planeta Tierra, pero sin depender de él. Ser una gozadora de la vida y a la vez libre como un pájaro.


Por eso llego al mismo punto en el que parti: esta es mi realidad ahora. Estoy muriendo lentamente como Oruga... todo parecería que está mal si no fuera porque este trance irreconocible, este momento de suspenso, es necesario para la transición. Una que llega irremediablemente, que se viene gestando desde lo más profundo de mi ser, sea o no sea completamente consciente de ello.