miércoles, 28 de febrero de 2018

HIJOS: AMAR TAMBIÉN SIGNIFICA DAR ESPACIO

Desde que nació mi hijo, siempre he dado todo de mí para amarlo y honrarlo. Siento que hasta me he pasado de la raya siendo tan atenta. He estado un año completo absolutamente a su servicio. Partiendo porque me desviví buscando un lugar para tenerlo de forma natural, sin anestesia, sin intervención de doctores, y así sucedió. Desde el primer momento dormí con el en la misma cama, siempre presente para que al más minimo llanto yo estuviera ahi para ayudarlo a volver a dormir. Ahora ya tiene un año y sigue tomando de mi leche en la noche, sigo durmiendo con el, y su padre duerme en otra cama. No es que yo quisiera necesariamente hacer esto, sino que no le quería fallar en ningun sentido para que fuera un ser lleno de amor cuando creciera. Incluso cuando le salieron los dientes de arriba, me mordió una vez al amamantar, y como cada día seguia tomando leche, la herida nunca se podía cicatrizar. Tenía un tajo abierto en el pezón que sangraba cada vez que el tomaba leche, que me dolía a morir, y seguía persistente en darle leche para que no se me cortara. Con esto intento explicar que he puesto todo mi empeño en hacer las cosas con mi más alto estándar que puedo entregar.

Bueno, ahora que miro hacia atrás, y que me detengo a sentir según lo que estoy viviendo, me doy cuenta que en mi caso en particular, tengo que entender que amar también significa dar espacio. Espacio para que él viva todas sus emociones, crezca, y experimente. Experimente cosas agradables y desagradables. Y yo, por intentar darle la infancia más cariñosa y de amor posible, evitaba cualquier llanto, constantemente pasándole cosas para comer en el coche para que se distrajera y no llorara, cuando ponía mala cara distraerlo mostrándole un perro que pasó, cosas así. Incluso cada día de su vida hasta hace un tiempo atrás lo llevaba a grupos de mamas y bebes para que jugara y tuviera una vida entretenida. Y al final, me doy cuenta que estos últimos meses se ha convertido en un pequeño monstruito. No puedo llevarlo en el coche por más de 1 minuto porque se vuelve loco. Muy rara vez quiere jugar solo, esta siempre demandando atención, gritando, alegando. No le pasan algo que quiere y por poco que echa el mundo abajo. Entonces literalmente, mientras más hago, menos funciona.

En las noches por ejemplo, TODAVÍA (y eso que tiene 1 año) se despierta unas 10 veces. Y yo tengo que darle en el gusto en todo osino grita. Y sus gritos me perforan el tímpano entonces corro a ayudarlo para que me deje tranquila. Por ejemplo, una noche común y corriente lo acostamos a dormir a las 7pm. Tipo 8pm ya se despierta la primera vez. Después a las 8.20, capaz que después a las 10:30, luego a las 11.40, luego a las 2 am. Así más o menos. Algunas noches realmente buenas se despierta unas 3 o 4 veces sin show. Simplemente toma una mamadera y sigue durmiendo. Pero ahora veo que esa no es la solución. Tengo que ser un poco más firme, y darme cuenta que en mi caso, ESTE CASO, amar significa dejarlo vivir la frustración, dejarlo vivir las emociones que necesita vivir, y yo también vivir mi vida. Dejar de ser tan esclava de el, que no puedo tener ni un segundo de vida amorosa con mi pareja porque estamos constantemente nerviosos de que va a hacer un escándalo.

Hoy por ejemplo, no cedimos. Estaba lloviendo, y el haciendo un show enorme en el coche. Parecía que le iba a reventar la cabeza de tanto que gritaba. Lo dejamos gritar todo el trayecto, 40 minutos caminando. Y al final, se calmó, y ahora está jugando tranquilamente solo. y me pregunto... de qué sirve tanto intervenir y ayudarlo tanto. Estaría siendo como esas típicas mamas que intervienen demasiado y no se dan cuenta que sus hijos necesitan crecer y aprender de la vida. Que les hacen todo a sus hijos por protegerlos y al final no los ayudan. Y yo por ejemplo, se que mi hijo es exquisito, un tierno, y super amoroso, pero tengo que admitir que los dos últimos meses está insoportable. Hay que dar gracias al cielo los días que amanece de buen humor, el resto de los días, llora por todo.

Ah! y se me olvido mencionar, llevo UN AÑO COMPLETO haciéndolo dormir sus siestas en esas mochilas que son para llevar bebes. Imagínense!! y duerme 2 siestas diarias. Osea literalmente soy su esclava. Es decir, necesita dormir al rededor de las 11 am, y luego aproximadamente a las 4pm. Esas dos siestas lo tengo que poner en la mochila, y caminar y caminar cantándole hasta que se quede dormido, y una vez que esta dormido, seguir caminando por una hora y tanto hasta que despierte, o sentarme quieta mientras el duerme.  Y pesa como 12 kilos!!! y lo tengo que hacer dos veces al día!

Imagínense que yo he preguntado, y hay bebes que al año ya con suerte duermen siesta, mamas que ni hacen tanto esfuerzo, y las felicito. O sea, a mi me gusta caminar, no hay problema, pero sí derrepente me siento media webona de todo el esfuerzo que hago por este hijo que más encima me paga con tanto mal humor. Y lo adoro, es un exquisito y siempre risueño cuando jugamos. Pero últimamente se ha puesto mala la cosa siento porque la VIDA ya me está tirando la indirecta que es hora que yo tome un poco más de distancia. No sé si distancia es la palabra, porque a pesar de lo difícil, yo me "acostumbre" a no tener vida más que servirlo a el, y en cierta forma, darle este espacio me da espacio a mi para yo volver a enfocarme en mi.

Y ahora, en este momento, siento que no es opción, porque lo tengo que hacer por el. Yo podría decir, ahhh no, prefiero servirlo a el, y que mi vida sea eso, total ya me acostumbre. Y realmente, si, no me molesta hacer todo esto por el, hasta lo disfruto. Pero el problema es el resultado. El resultado es un niño absolutamente insoportable, constantemente llorando y alegando por TODO. Entonces, por su bien, tendré que ser distante. No le voy a poder dar en el gusto en todo, tendré que aprender a soportar sus llantos y dejar que sucedan, ignorarlo cuando esté haciendo un escándalo, jugar con el cuando esté agradable.

Gracias.