jueves, 15 de diciembre de 2011

viernes, 9 de diciembre de 2011

EL EGO Y EL ALMA

Nuestro ser superior no tiene ego. Que tierno el ser humano... somos tan geniales. Nos gusta defendernos, protegernos, compararnos. Es más como una necesidad.
Me produce ternura saber que tengo ego, tengo ese personaje tan "persona", tan estructurado que se identifica con características y que necesita reafirmarse constantemente, cuando en realidad mi ser superior no tiene ninguna característica. Es puro silencio y amor.
Mi ego se identifica con la originalidad estructurada, pero mi alma es y no es -a la vez- original, ya que es única y simultáneamente parte del todo.

Tiernos los humanos... algunos con el ego poderoso, otros con ego derrotista y víctima... egos temerosos, egos desafiantes, egos de grandeza y de autenticidad.... Todos son una ilusión.
Realmente este mundo en que el ego vive no existe, porque todos somos ingredientes del mismo plato exquisito, y sin uno no hay ya receta. Somos todos parte del amor y eso es todo lo que hay y todo lo que importa.

Cumplimos nuestra misión sólo siendo, sólo existiendo. Existiendo y despertando... y despertar nos da vida. Nos hace vivir con grados de felicidad y sabiduría nuevos. Muy altos, que eran inalcanzables cuando estábamos más dormidos.

Que rico comerse un pan con queso al desayuno, poder respirar aire fresco y saber que uno tiene al lado seres de otros planos que te ayudan, a los seres fallecidos que están contigo en todo momento, y saber que uno realmente se puede comunicar con ellos directamente.