martes, 17 de enero de 2012

EL AMOR A UNO MISMO

For English: Self-Love

El otro día estaba andando en bicicleta y me puse a pensar sobre el amor propio. A grandes rasgos pude dividir el amor a uno mismo en tres niveles.


El primer nivel, que es el terrenal, consiste en cuidarse a uno mismo, es decir: comer saludable, darse gustos, cuidar la higiene, la apariencia, la salud, realizar actividades físicas, descansar, etc. Pero este nivel de autoestima también abarca mantener tu casa ordenada, limpia, etc.


El segundo nivel, que es un poco más profundo, dice relación con seguir fielmente nuestros propios códigos de valores, respetarse (no pasarse a llevar uno mismo), poner nuestros límites en las relaciones, darnos cuenta de cuales son nuestras necesidades y darles la debida atención, relacionarse con personas que nos hagan bien, ir a lugares que nos gustan, permitirnos ser como somos, etc.

El tercer nivel, ya mucho más elevado y profundo, consiste en encontrar a Dios dentro de nosotros. En este nivel, nos amamos absolutamente tal cual somos. Nuestros defectos y virtudes ambos son manifestaciones hermosas de nosotros y nos queremos con el paquete completo. No nos criticamos y tampoco tenemos pensamientos dolorosos ni negativos porque no seríamos capaces de torturarnos voluntariamente. En este nivel, el intercambio es esencial. Una vez que conocemos a Dios dentro de nosotros, llegamos a nuestra esencia y nos conectamos inevitablemente con nuestros dones, virtudes y nuestra luz. Por lo tanto, practicar el amor propio se realiza sirviendo a los demás. El amor es como el agua, se estanca si no fluye y se pudre. Y si fluye se purifica. Por lo tanto, cuando yo logro amarme, inevitablemente tengo que compartir mi amor con las personas que me rodean.
A través de la meditación voy a conectarme con mi chispa divina interna y voy a alcanzar niveles de amor nunca antes experimentados y en este momento debo compartirlos. No hay que dejar que la luz se estanque, todo debe fluir, y así voy a fluir yo también y voy a avanzar.
En este momento, cuando siento este inmenso amor por mi, siento un inmenso amor por la creación y por las personas. Para amarse a uno mismo, uno debe conocerse. Y al conocerme se cual es mi lugar, y como puedo aportar.Y es aqui cuando hay que compartir las riquezas encontradas en nuestro corazón con los demás. Nutre a tus amigos y a los que te busquen con tu luz propia y te estarás amando. Amar a los demás es amarte a ti. Darte a los demás es darte amor a ti.
En tu forma de servir a los demás, te conectas con Dios, y te llega amor. Das y recibes. Lo que das lo recibes.



PD: en el tercer nivel tengo que darle crédito a mi Maestro que me guió el lápiz mientras escribía en el papel. :) Love you 

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